LA EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA SOBRE EL ARETE GUASU EN PEDRO P. PEÑA

A finales del año 2019, recién llegado al Paraguay para asumir el cargo de  coordinador residente de Organización de las Naciones Unidas, empecé a centrar mi atención sobre algunas de las zonas más remotas del país, y tambien sobre grupos particularmente vulnerables, incluyendo comunidades indígenas. Estos grupos son una prioridad para las Naciones Unidas, en el marco de lo acordado en la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible  y los esfuerzos para “no dejar a nadie atrás”. 

A medida que pasaba el tiempo y conocía más el país, me quedaba cada día más fascinado por su variedad y riqueza cultural, su sorprendente diversidad de idiomas y un sinnúmero de manifestaciones culturales, particularmente en el ámbito del arte popular e indígena, así como sus expresiones rituales. Esta diversidad y riqueza, generadas por una mezcla increíble de culturas distintas, son muy poco conocidas no solo fuera del Paraguay, sino también en el propio país. Son muchísimas las expresiones culturales de distintos grupos étnicos del Paraguay que se conocen poco. 

Por cuestiones oficiales empecé a viajar frecuentemente al interior del pais, y en uno de esos viajes visité el Centro de Interpretación del Gran Chaco Americano, en Filadelfia. Me impresionaron las reconstrucciones históricas del Centro, los objetos de arte indígena, los tejidos de caraguatá, y las máscaras rituales en madera de samuhú (o palo borracho). Escuché historias sobre un gran ritual Guaraní Occidental, al que también llaman “Carnaval”. Enigmático para un extranjero (y aún para muchos paraguayos), su nombre guaraní me llama la atención: Arete Guasú. 

Me explicaron que este ritual se lleva a cabo en pocas comunidades guaraníes del Chaco paraguayo, y también en los vecinos países de Argentina y Bolivia. Me hablaron de un remoto lugar, casi inaccesible durante períodos de lluvias debido a los más de 300 kilómetros de rutas de tierra blanca: Pedro P. Peña, ubicada en las proximidades del punto de encuentro entre Paraguay, Argentina y Bolivia. Se trata de una de las comunidades guaraníes occidentales del Chaco paraguayo más alejadas de los centros urbanos que realizan este ritual.

Meses después, en febrero de 2021, con la autorización de líderes de las comunidades de San Agustín y Laguna, tuve el privilegio de presenciar con algunos y algunas colegas al Arete Guasu de las comunidades Guaraní Occidental de Pedro P. Peña, a una distancia de 15 kilómetros entre ellas, donde se celebraba el Arete Guasu. Compartimos los cuatro días del ritual con las comunidades, un privilegio que han tenido pocas personas que no son del lugar. 

La pasión de la fotografía me ha acompañado a lo largo de los decenios, y como siempre estoy con la cámara a mi lado, intercambiando con la comunidad, me comunicaron de varias formas su apertura para fotografiar el Arete Guasu. Entiendo que, aunque existen fotos y filmaciones del ritual en otras comunidades, no hay mucho sobre las festividades en esta zona del país. 

Me preguntaron qué haríamos con las fotos y  así surgió la idea de utilizarlas para dar visibilidad a un ritual poco conocido en el Paraguay y, posiblemente, también en el exterior. En Asunción, el recién llegado Embajador de Francia, Emmanuel Cocher, agregó una nueva dosis de entusiasmo a la idea, configurando una colaboración entre la Embajada y las Naciones Unidas para este proyecto. El entusiasmo de Emmanuel y la colaboración siguen guiándonos, después de su tristísimo y muy prematuro fallecimiento.

Así se generó la idea de realizar un proceso de consentimiento previo, libre e informado. Se presentaron las fotos a las comunidades involucradas y se discutieron con las mismas las opciones de visibilizar el Arete Guasu en la Comunidad. 

Paralelamente, unimos  esfuerzos con Fernando Allen, un reconocido fotógrafo del Paraguay con gran experiencia, sensibilidad y pasión en materia de documentación de comunidades y rituales del país. Con incansable entusiasmo, Fernando realizó la curaduría de las exposiciones, que no existirían sin su  liderazgo.

Este proyecto que inauguramos en el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, 9 de agosto, y las exposiciones que se incluyen en esta página web son el resultado de aquel primer viaje, al que se sumaría el del año siguiente (2022), ya en compañía de Fernando, poniendo bajo las luces de la fotografía uno de los escenarios rituales más enigmáticos y hermosos del Paraguay: El Arete Guasu de Pedro P. Peña.

MÁS ALLÁ DEL ARETE GUASU

Esta exposición se focaliza en el Arete Guasu de las comunidades Guaraní Occidental de Pedro P. Peña, un hermoso y fascinante ritual. Pero el Arete no se realiza en un vacío, si no en una realidad multidimensional, articulada y compleja. Compartir los cuatro días del ritual con las comunidades fue una ocasión única de aprendizaje, de vinculación al territorio en su expresión más alejada, y a sus gentes. 

Nos permitió escuchar directamente de las personas los retos enormes de vivir con el impacto de la pandemia del COVID-19, una de las peores crisis globales de los tiempos recientes, y, en 2021 y 2022, lidiar con la peor sequía de los últimos 70 años. Escuchamos y pudimos experimentar de primera mano los retos en términos de servicios básicos, salud, educación, y los problemas derivados de las distancias, no solamente geográficas. A esto se suman las dificultades de la juventud, de las mujeres, de las niñas y de otros grupos.

Aprendimos como tres pueblos indígenas distintos, Guaraní Occidental, Manjui y Nivaclé, conviven en el mismo territorio. Escuchamos sobre la importancia de los vínculos con los pueblos vecinos de Argentina y Bolivia. Admiramos el arte indígena, las tejedoras y los tejidos hermosos de caraguatá y de lana, las esculturas en maderas duras. Nos dimos cuenta de la invisibilidad de muchos temas y comunidades, cuando no nos aproximamos al territorio y su gente. Nos enteramos de la enorme diversidad y belleza cultural del Paraguay.

Escuchamos con tristeza los desafíos de supervivencia del idioma manjui, en grave peligro de extinción. Reflexionamos sobre la importancia de la diversidad lingüística y cultural, en términos de derechos culturales, pero también en cuanto a la  riqueza de la humanidad, y de la necesidad de preservar y valorizar idiomas y culturas. También nos enteramos directamente de las amenazas ambientales, del impacto violento del cambio climático sobre los medios de vida de la gente, de la necesidad de prevenir y reducir los riesgos de desastres naturales como la sequía, y de prepararnos para responder mejor a los impactos.

En el caso específico de los Pueblos Indígenas, el Sistema de las Naciones Unidas del Paraguay cuenta con un Grupo Interagencial de Pueblos Indígenas (GIPI), que incorpora a 18 agencias, fondos y programas y colabora estrechamente con el INDI, asociaciones y organizaciones indígenas, autoridades locales y comunidades, entre otros socios. Este año, el trabajo del GIPI se concentra en apoyar al Paraguay en la implementación del Plan Nacional de Pueblos Indígenas, también con un enfoque particular sobre el Decenio de Lenguas Indígenas que empieza en 2022.

Celebramos el Día Internacional de Pueblos Indígenas, el 9 de Agosto, con una serie de eventos que continuarán hasta el 5 de setiembre, Día Internacional de la Mujer Indígena, para abrir espacios de discusión y reflexión sobre varios temas referentes a los pueblos indígenas, a las mujeres, a la juventud y otros grupos. Inauguramos el día 9 esta exposición fotográfica en Asunción (y la duplicaremos en Filadelfia y Mariscal Estigarribia) con el objetivo de maximizar la visibilidad de elementos clave de la cultura indígena. 

En el contexto de las discusiones con la comunidad para el Consentimiento Previo, Libre e Informado, no solo las comunidades se expresaron en favor de las exposiciones fotográficas, sino que también proporcionaron varias otras ideas. Una de estas, centrada en la realización de un festival de dibujos para involucrar y estimular niños, niñas y adolescentes, está en fase de realización, involucrando a las tres comunidades de Pedro P. Peña: Guaraní, Nivaclé y Manjui.    

Por último, es importante destacar  los esfuerzos conjuntos del Sistema de las Naciones Unidas en Argentina, Bolivia y Paraguay para lograr un enfoque coordinado y armónico para el Gran Chaco Americano, tomando en consideración  las similitudes y de los vínculos entre pueblos a través de las fronteras. El trabajo transfronterizo en equipo es fundamental para enfrentar problemas comunes con soluciones coordinadas.

Mario Samaja
Coordinador Residente
Naciones Unidas Paraguay